En este momento de emergencia sanitaria debido a la Covid-19, la cirugía robótica ha demostrado ser una herramienta fundamental para reducir los tiempos de hospitalización, agilizar las listas de espera y liberar camas de UCI.

En el 2005, el hecho de abordar una cirugía mediante un sistema robótico podría parecer ciencia ficción. Por eso, cuando el sistema quirúrgico da Vinci llegó al mercado y se implantó en España hace 15 años, «revolucionó el quirófano». Detrás de este impulso se encuentra ABEX Excelencia Robótica, empresa española se ha convertido en referente en la implementación de programas de cirugía robótica.

La empresa ha conseguido posicionarse como referente en innovación y distribución de tecnologías médicas. Pablo Díez, director de negocio para la Península Ibérica de ABEX, asegura que “partíamos de cero y teníamos que demostrar esta eficacia con los pacientes. La sanidad o el mundo médico quirúrgico no adoptan las innovaciones de una manera inmediata, sino que al estar tratando con pacientes requieren de un nivel de evidencia y esto nos ha exigido mucho trabajo”.

En estos 20 años, han sido cuatro las generaciones del sistema quirúrgico da Vinci que han salido al mercado, mejorando la instrumentalización que utilizan los doctores, los brazos, la visión, el software o las ayudas visuales durante la cirugía, pero según Pablo Díez, “el mayor desarrollo que ha recibido el da Vinci durante este tiempo ha sido que se han ampliado considerablemente las indicaciones médicas que pueden ser realizadas con este sistema quirúrgico”.

Tecnología en el sistema quirúrgico

Con el sistema robótico da Vinci, el cirujano no opera directamente sobre el paciente, sino que lo hace sentado en una consola desde donde maneja virtualmente unas pinzas. La visión en tres dimensiones con un aumento de hasta 10 veces, permite al clínico trabajar con una gran precisión. El sistema traduce los movimientos de las manos del médico en impulsos que son trasmitidos de forma literal a los brazos robóticos permitiendo llegar a zonas de difícil acceso.

Reducción de las listas de espera

La crisis del Covid-19 ha puesto de manifiesto la importancia de invertir en tecnología médica. La presión hospitalaria ha conllevado que los hospitales presenten niveles altos de ocupación aumentando las listas de espera quirúrgicas. En este sentido, se está prestando más atención a aquellas terapias, técnicas o tratamientos quirúrgicos que bajan la estancia hospitalaria, liberan camas y garantizan en mayor medida que el paciente no requerirá una nueva cirugía.

A esto, Pablo Díez ha añadido que “en el caso de la tecnología da Vinci, si tenemos una tecnología que en manos de buenos cirujanos permite menores estancias, menores tasas de reintervención a pacientes por potenciales efectos adversos y además reduce la estancia en UCI, al final estamos haciendo un hospital más eficiente”.

Fuente: Redacción Médica