Actualmente, la aplicación de la cirugía robótica permite la realización de operaciones más precisas en las que se consigue extirpar el cáncer de próstata sin afectar a la continencia urinaria del paciente ni a la erección, ya que estas son dos de los efectos secundarios más frecuentes tras otro tipo de cirugía más invasiva.

Según datos de la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN), el cáncer de próstata es, desde hace unos años, el primero en número de diagnósticos, con 32.641 casos en España en 2014, y la supervivencia relativa a 5 años supera el 84 por ciento, la más elevada entre los tumores más frecuentes por lo que es fundamental que el paciente conserve la mayor calidad de vida.

Por ello, y para incrementar el conocimiento de esta técnica, el Grupo Urológico del Hospital San Rafael y el departamento de cirugía robótica del centro, con la colaboración de la compañía biomédica Pfizer han puesto en marcha el ‘Primer Taller Práctico Tutelado en Cirugía Robótica’.

En este sentido, el taller, que se dirige a formar a urólogos interesados en cirugía robótica, tiene una duración de dos jornadas presenciales que constan de una parte teórica, cirugía en directo y prácticas simuladas con el robot Da Vinci. Después, continúa la formación ‘on line’ durante dos meses, a través de una plataforma digital.

«La cirugía robótica es la realidad que se van a encontrar los recién licenciados que tengan que afrontar este tipo de operaciones por el beneficio que aporta para el paciente y el profesional sanitario frente a cirugía más invasiva y a la laparoscopia», ha asegurado el jefe clínico del servicio de Urología del Hospital San Rafael de Madrid y director del taller, el doctor Eldiberto Fernández.

Entre las ventajas que la cirugía robótica aporta al paciente se encuentran la reducción de riesgos -sobre todo de sangrados intra y post-operatorio- al ser menos invasiva; una recuperación menos dolorosa, y una hospitalización más breve. Por lo tanto, el paciente puede recuperar su vida cotidiana o laboral más rápido.

Para el profesional sanitario mejora la visión de la cirugía laparoscópica convencional, aporta mayor precisión en la disección y sutura, al permitir un movimiento idéntico al que realiza la mano y es más ergonómica y cómoda.

Además, ese tipo de cirugía, también es útil también en el caso de tumores uterinos, carcinoma renal, cáncer de hígado y tumores otorrinolaringológicos, entre otros, en los que se requiere una mayor precisión.

Por último, el doctor Fernández ha afirmado que las intervenciones con robots permiten practicar una cirugía mínimamente invasiva en pacientes que antes hubiesen necesitado ser operados mediante grandes incisiones en el abdomen, con secuelas y recuperaciones prolongadas. «Por esta razón es fundamental formar a las nuevas generaciones de médicos», ha añadido el experto.