Más del 50 por ciento de los hombres de entre 50 y 59 años que tienen síntomas urinarios severos padecen disfunción eréctil, siendo relacionada directamente la prevalencia de la disfunción eréctil con la intensidad de los problemas urinarios, según los resultados de un reciente estudio durante el 36º Congreso Nacional celebrado en Bilbao.

Esta correlación entre ambas patologías se debe, según las últimas hipótesis, a una disminución de la liberación de oxído nítrico, a través de la zona interna que recubre los vasos sanguíneos, que llega a los órganos del pene, la próstata y la vejiga, causando estas alteraciones por falta de oxígeno vascular.

Las últimas guías médicas están recomendando que, en la valoración inicial del varón con hiperplasia benigna de próstata, el médico de Atención Primaria debe preguntar también por la función sexual de su paciente. «El 65 por ciento de los varones que acuden a la consulta del médico de Atención Primaria por síntomas del tracto urinario inferior padecen hiperplasia benigna de próstata».

Por ello, hay que preguntarles cuándo, cómo, de qué manera y qué patologías asociadas tiene porque si sólo nos centramos en tratar los síntomas urinarios, estamos dejando de lado otros problemas añadidos que tiene el paciente», asevera el doctor Brenes.

SE PUEDEN TRATAR CONJUNTAMENTE LA DISFUNCIÓN ERÉCTIL Y LA HIPERPLASIA

Durante los talleres que se celebran en el Congreso se ha querido concienciar a los profesionales de que la hiperplasia benigna de próstata es una patología que «tiene relación con la disfunción eréctil y que pueden tratar conjuntamente ambas patologías».

«Así como el médico está acostumbrado a los tratamientos para la disfunción eréctil o para la hiperplasia por separado, le falta un poco de conocimiento cuando asociamos ambos problemas genito-urinarios».

En estos casos de tratamiento conjunto, según destacan los expertos, es importante saber que «existen nuevas alternativas como los fármacos que aumenten la liberación del óxido nítrico». Los fármacos vasodilatadores como ‘tadalafilo’ (un inhibidor de la fosfodiesterasa 5), indicados hasta hace poco solo para disfunción eréctil, han demostrado también ser eficaces en hiperplasia benigna de próstata».

En esta línea, recalcan que la última guía europea de la Asociación Europea de Urología (‘Guía para el manejo de los síntomas del tracto urinario inferior de los hombres’), da el mayor rango de evidencia científica a la «eficacia de ‘tadalafilo’ en pacientes con hiperplasia benigna de próstata, tengan o no disfunción eréctil».

«El 70 por ciento de los pacientes con hiperplasia tienen una patología que no va a derivar en complicaciones», y son los que se podrían beneficiar de ‘tadalafilo’, ya que «su eficacia es equiparable a la de tratamientos más convencionales como los alfabloqueantes». Teniendo la ventaja adicional de que si el paciente presenta un problema de erección, «puede tratarse de ambas patologías a la vez».

La disfunción eréctil se define como la incapacidad persistente para conseguir o mantener una erección suficiente que permita una relación sexual satisfactoria, y se origina cuando el pene no recibe una cantidad suficiente de sangre que le permita endurecerse y expandirse en respuesta a la excitación sexual.

La prevalencia de la hiperplasia benigna de próstata alcanza hasta un 40 por ciento en hombres a partir los cincuenta. Aproximadamente el 40 por ciento de los hombres mayores de 40 años tienen algún grado de disfunción eréctil.

 

Fuente: Europa Press